Vale, ese no es mi caso, soy una excepción, aunque en verdad, se podría ajustar, ya que yo cuando la voy a ver, salgo más feliz que nunca, tocando el collar sin parar y con ganas de verla por fín después de varios días para darle uno de nuestros abracitos y de contarle todo detalladamente. Si, yo salgo con ganas de comérmela a ella, a besitos, de reirme con ella sin parar, o incluso de picarnos con nuestras tonterías.
Que la puedo ver simplemente un ratito, pero ¿sabéis? eso es lo suficiente para que me alegre el día, con sus palabras y sus tonterías, con lo que me cuenta, y con sus sonrisas.
Y bueno, que hoy creo que es uno de esos días, que aunque sean milésimas, la quiero ver, contarle, y que me cuente, y sobretodo, bueno eso, recordarle que es lo mejor que me ha pasado en los días de mi vida.
HGR; para toda la vida.
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